La fuente de proteína alternativa natural

Actualmente existe una tendencia para consumir productos altos en proteína. Yogures, galletas, barras, suplementos, etc. Sin embargo, existe una alternativa natural ligada a nuestras raíces, los insectos comestibles. Estos pequeños seres, forman parte de nuestra historia y nuestros valores. Por ejemplo, el consumo de insectos formaba parte fundamental de la dieta de los aztecas, ricos en su valor nutricional, fueron el combustible que les dio fuerza en su peregrinar y su establecimiento en el valle de México.

A diferencia de otras alternativas, los insectos son una fuente de alimentación renovable y con una gran oportunidad para generarse de forma sustentable. En México la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) tiene catalogadas alrededor de 549 especies de insectos comestibles. Cada estado y región de la República Mexicana cuenta con sus especies en particular. En el caso de la Ciudad de México, los más conocidos, son los gusanos de maguey, los escamoles, los jumiles y los chapulines. Siendo estos últimos una alternativa económica, comparada con otros considerados productos gourmet.

En el caso de los chapulines, pueden llegar a contener cerca del doble de proteína que otras fuentes comunes como el pollo, el huevo, e incluso mayor o equivalente al de la carne. ¿La diferencia? Su impacto en el medio ambiente es significativamente menor y su valor nutrimental más alto. Incluso se han realizado prometedores estudios, como el de la elaboración de galletas de harina con chapulines para luchar contra la desnutrición infantil.

México se encuentra en una posición privilegiada para revolucionar la alimentación a través del consumo de insectos comestibles. Existen otros países, como China, los cuales ya están avanzados en el consumo de insectos, ya que carecen de la estigmatización que sufrió nuestra gastronomía desde épocas de la conquista. Sin embargo, para México es sólo cuestión de promover aquello que ya forma parte de nuestra idiosincrasia e integrarlo como un estilo de vida más saludable y sostenible. El rescate de la naturaleza, lo orgánico y privilegiar nuestra salud sobre alternativas poco saludables como algunos alimentos ultraprocesados.

El consumo de los insectos puede generar reticencia en muchas personas, y es obvio, existe en nuestra sociedad un rechazo generalizado a estos seres, sobre todo a aquellos que se desarrollan en condiciones no higiénicas. Sin embargo, los insectos comestibles pueden ser apreciados como aquellos insectos que ya valoramos el día de hoy como son las abejas, las mariposas, y las catarinas, por mencionar algunos.

Su consumo no se hace necesariamente sin procesar. Existen muchas alternativas para combinarlos con alimentos que ya estamos acostumbrados a ingerir, como harinas, sales y salsas. Pueden consumirse en conjunto con otros alimentos de gran valor nutricional como un buen caldo de frijol, unos tacos con aguacate o como guarnición.

Lánzate a tu mercado más cercano y pregunta si tienen chapulines, compra ¼ y saltéalos al gusto. En la Ciudad de México es más probable que los encuentres en puestos dedicados a los productos Oaxaqueños, como en el mercado de Medellín, donde una amable señora los vende a granel. Y ya que estás por ahí, aprovecha para comprar fruta fresca y verduras, semillas a granel, y cómete unos tacos o una quesadilla de huitlacoche.

Y así, poco a poco, integra esta fuente de nutrientes a tu alimentación, para así llevar un estilo de vida más saludable y de mejor calidad.